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ASDEN colabora con otras asociaciones e instituciones en una campaña destinada a promover la comercialización de los productos de la corta del acebo, en el marco de un uso tradicional y sostenible del bosque, y con miras a la futura declaración de Garagüeta y otros acebales, como espacios naturales protegidos.


Rotundo fracaso de la cumbre sobre cambio climático celebrado en la Haya, del 13 al 24 de noviembre. Las esperanzas de toda la humanidad se han visto de nuevo defraudadas, cuando la convención se convirtió en un auténtico mercado de valores. La hipocresía de los países industrializados no parece tener límite cuando exigen a los países pobres o en vías de desarrollo que ellos también se sacrifiquen, mientras no están dispuestos a afrontar de raíz un problema que sólo se puede solucionar con profundos cambios en los estilos de vida y en la economía mundial.
Estados Unidos, secundado por Japón, Canadá y Australia, se presentan como los principales causantes del fracaso. Pretendían, entre otras cosas, comprar con dinero la voluntad de los países más desfavorecidos, para que sus bosques y corales se convirtieran en simples receptores de las emisiones de fábricas y casas bien acomodadas en sus seguros países. Esta supuesta solución no es tal, y agravaría aún más los problemas ambientales de este planeta que sufre los gravísimos desequilibrios territoriales. Supondría, nada menos, que la sustitución y amenaza de bosques autóctonos por la plantación indiscriminada de grandes extensiones de especies arbóreas de rápido crecimiento como el eucalipto.
¿Será la cumbre de Bonn, en el próximo mes de mayo, un nuevo circo mundial? ¿Cuántos desastres naturales tienen que suceder además para que los países ricos asuman de una vez por todas que son los únicos responsables de los tremendos problemas ambientales que sufre nuestro planeta? Sólo de su disposición podrán derivarse soluciones reales.


El uso de municiones con uranio empobrecido -procedente de las centrales nucleares y de la fabricación de bombas atómicas-, los bombardeos contra refinerías de petróleo y plantas químicas -que han liberado a la atmósfera dioxinas de hidrocarburo altamente tóxicas-, y la utilización de bombas de racimo -actúan en el suelo como minas antipersonales-, por parte de la OTAN en la guerra de los Balcanes, ha conseguido extender su radiación a toda Europa, con el consiguiente peligro de generaciones víctimas del cáncer, las inmunodeficiencias y las malformaciones congénitas.


Según el Informe del PNUMA, GEO-2000, en la actualidad la seguridad nacional depende cada vez más de la seguridad ambiental.
La degradación ambiental, la escasez de recursos como el agua, la desertificación, la contaminación tóxica, la huida de refugiados, etc, pueden ser causa de conflictos armados.
La pérdida de vidas en una guerra siempre va acompañada del aumento de presión sobre los ecosistemas, que también sufren los desastres del conflicto. La productividad se derrumba y los daños ambientales acaban afectando a zonas más amplias que las directamente afectadas. Un ejemplo lo tenemos en los recientes conflictos del Golfo y Yugoslavia.


Consecuencia del cambio climático en el planeta, en nuestro país se prevé una reducción importante de los recursos hídricos, lo que llevará a algunas cuencas a consecuencias ambientales y sociales muy graves. El Plan Hidrológico Nacional, en vez de afrontar el problema que se avecina, propone soluciones derrochadoras y ambientalmente inaceptables, que además no servirá para nada cuando dentro unas décadas ninguna cuenca en nuestro territorio sea excedentaria.


Las emisiones de dióxido de Carbono han aumentado en un 26,8% entre 1990 y 1999, cifra que duplica el 15% al que se ha comprometido España en la Unión Europea.


Conscientes de todos los problemas, son las propias empresas petrolíferas las que han comenzado a entrar hábilmente en algunos nuevos negocios de alternativas para la sustitución del petróleo.
También eléctricas, bancos y grandes grupos financieros buscan la explotación de las fuentes renovables.
Es decir, la producción, el transporte y la venta de la energía seguirá en manos de los de siempre. Para comprobarlo basta con echarle un vistazo a lo que está sucediendo en el terreno del desarrollo de la energía eólica.


La agricultura intensiva, la quema de combustibles fósiles y el amplio cultivo de leguminosas han fertilizado nuestro planeta. El exceso de nitratos en aguas y suelos ha llevado a la eutrofización y a emisiones de nitrógeno a la atmósfera que contribuyen al calentamiento global. No sólo se ha roto el ciclo del carbono, también se ha roto el ciclo del nitrógeno.

 


La Comisión Europea, criticando la deficiente aplicación por parte de los estados miembros, de las Directivas comunitarias en materia medioambiental, adoptó el pasado 24 de enero de 2001, una propuesta que recoge las prioridades de actuación en materia de medio ambiente para los próximos 5-10 años. La Comisión anuncia que aumentará su presión sobre los Estados miembros, para que apliquen mejor la legislación ambiental, dando una mayor divulgación a los incumplimientos.

En cuanto al cambio climático, la Comisión considera insuficiente el objetivo de reducción en un 8 % de las emisiones de la Comunidad, para el 2008-2012, adquirido en el Protocolo de Kioto, y pide recortes más exigentes, del orden del 20-40 % para el 2020.

Respecto de las enormes amenazas existentes para la supervivencia de las especies y sus hábitats, la Comisión se propone la finalización de la red Natura 2000, junto con planes de acción que garanticen la biodiversidad.

También se plantea la protección del paisaje, la protección del suelo, la aplicación de la Directiva Marco sobre el Agua de 2000, la adopción de la Directiva Marco sobre el ruido, y esfuerzos especiales en materia de residuos.

Además de una invitación a que los países apliquen íntegramente el Derecho comunitario, también se anuncia la profundización del diálogo con las administraciones, las ONGs y las asociaciones empresariales


Algunas ONGs de países en desarrollo reclaman La Deuda Ecológica a los países industrializados. Denuncian que mientras los países del Sur están en deuda con acreedores mundiales, públicos y privados, lo que representa una amenaza a los recursos de los más pobres, y una tremenda presión sobre sus ecosistemas, el Norte tiene contraída una sustancial deuda con el Sur.

El comercio desigual practicado durante siglos ha supuesto un desproporcionado uso de recursos planetarios para satisfacer las necesidades de consumo del Norte, en perjuicio del desarrollo del Sur. Este desequilibrio, además, ha supuesto para los países pobres la contaminación, la no disponibilidad de recursos agotables, la importación de residuos contaminantes, el uso del espacio ambiental planetario como depósito de los residuos gaseosos como el CO2, etc.

Estas organizaciones reclaman una cuantificación de la Deuda Ecológica y una aplicación de impuestos verdes para restituirla.


¡Lo que nos faltaba! Es tremenda la hipocresía de los poderosos. Aprovecharse de un problema tan grave como el cambio climático en el planeta para hacer su agosto sólo se les puede ocurrir a las mentes enfermas de avaricia. Como lo de los mercados de carbono (eufemísticamente llamados Mercanismos de Desarrollo Limpio, mdl), que podrían llevar a países con pesadas deudas externas, como Brasil o Uruguay, a verder sus selvas a cambio de sustanciosos ingresos en divisas, gracias a los créditos de carbono, no parece suficiente retorcimiento para eludir las responsabilidades que los paises ricos tienen, ahora resulta que a un prestigioso instituto oceanográfico norteamericano se le ha ocurrido el colmo de la vergüenza. Consiste en una sofisticada tecnología que inyecta nitrógeno de la atmósfera en el mar, eutrofizándolo, para provocar el crecimiento rápido de algas que fijan carbono de la atmósfera. Una empresa japonesa, ¡como no!, apoya el proyecto, y otro desdichado país, como Chile, se lo está pensando.


Gurelur (El Fondo Navarro para la Protección del Medio Natural) denuncia la alta mortandad que sufren las aves en las centrales eólicas de Navarra. En su opinión la sociedad navarra debe conocer el alto coste ecológico de estas instalaciones, asegurando que se están ocasionando muchas muertes entre especies de aves protegidas.

Con la colaboración de pastores, agricultores, montañeros, paseantes y trabajadores de mantenimiento de las centrales, Gurelur tiene conocimiento de la muerte de decenas de buitres, centeneras de quirópteros, paseriformes, ejemplares de águila real, águila calzada y águila culebrera, azor, milano negro y real, cernícalo, búho real, etc.

El Departamento de Medio Ambiente, por su parte, daba a conocer a finales del mes de julio un informe con el fin de aplicar varias medidas para conseguir la menor incidencia de los parques en la avifauna. La primera consiste en realizar paradas técnicas temporales en determinadas épocas del año, en molinos concretos y dependiendo de las situaciones climatológicas. En concreto, las paradas no serán del parque entero, sino de aerogeneradores individuales repartidos por los parques estudiados. La segunda medida en estudio consiste en analizar la necesidad de pintar las aspas de determinados molinos con objeto de que sean más visibles para las aves. Por otra parte, el informe matiza que la mejor prevención es el buen diseño de los parques eólicos.


 

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