Lo barato es caro
Para algunas personas los problemas medioambientales son un lujo o un pasatiempo para aficionados a la naturaleza que debe supeditarse a otros intereses, sobre todo económicos, cuando la ocasión lo requiere. Sin embargo tenemos continuamente ejemplos de que la degradación ambiental puede afectar a nuestra calidad de vida, a la salud pública, e incluso resultar a medio plazo muy costosa, económicamente hablando. Algunas voces, generalmente interesadas, pretenden desprestigiar al movimiento ecologista achacándole que pretende anteponer la defensa de la naturaleza al bienestar del hombre. Pero, por fortuna, aunque muy poco a poco y lejos de ponerse en práctica, va calando la idea de que un pacto de no agresión contra el medio natural tras siglos de hostilidades es imprescindible para nuestra supervivencia.
Viene esta introducción a justificar el interés de ASDEN por la potabilidad del agua de Soria capital, ejemplo claro de que el maltrato al que hemos sometido (y seguimos sometiendo) a nuestros ríos durante años, incumpliendo sistemáticamente la legislación sobre vertidos sin recibir sanciones de ninguna clase, supone un riesgo potencial para nuestra salud y nos va a salir más caro. Lo que no pagan algunos en depurar la cabecera del Duero lo tienen que pagar otros en carbón activo o viéndose obligados a comprar el agua embotellada, cientos de veces más cara que el agua del grifo.
Tiene olor, pero es potable
El primer episodio importante de mal olor y sabor del agua en Soria capital ocurrió en otoño de 1998. Entonces se dijo que el agua era potable, y ASDEN escribió en la prensa argumentando que se hablaba de potabilidad en función de muy pocos parámetros y que había que ampliar los análisis realizando al menos lo que la legislación considera un análisis "completo". Por otra parte se habían solicitado con cierto retraso determinaciones de numerosos compuestos orgánicos volátiles en virtud de las cuales se atribuyeron los problemas organolépticos del agua a una sustancia llamada geosmina.
En verano de 2000 el agua presentaba un tinte amarillo que se achacó a la "disolución" de granos de polen. Esto fue cuestionado en un artículo de ASDEN en el que se denunciaba que la degradación ambiental (aguas residuales, cultivos con abonos hasta el borde de arroyos dragados, residuos ganaderos, etc...) provoca la eutrofización de los ríos y "aparecen algas y microorganismos no deseados en grandes cantidades, que consumen el oxígeno del agua y producen desechos metabólicos que afectan a la calidad del agua del río".
Nuestro derecho a la información
Amparados en la legislación española y europea
reclamamos el informe de unos análisis cuya solicitud había
sido aprobada por el Ayuntamiento en el pleno del 22 de marzo
de 1999. Tras una demora de varios meses y una segunda reclamación
se nos entregó una copia del estudio realizado en la facultad
de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid. El
estudio se realizó sobre varias muestras de distintos meses
obtenidas en el embalse de la Cuerda del Pozo y en el azud de
captación de agua para consumo de Soria capital. Que quede
bien claro que en ningún momento nos referimos al agua
tratada para su consumo.
Con todo, los resultados son preocupantes, como puede verse en
el siguiente resumen.
Resultados analíticos
Cianobacterias potencialmente tóxicas
Detección de protozoos patógenos
Conclusiones
Insistimos en que hay que dejar bien claro que estos son resultados del agua del embalse y del azud de captación, antes de ser tratada. Es decir, de ningún modo pretendemos crear alarmismo ni presuponer que pueda existir toxicidad en el agua que sale por el grifo, si bien existe un riesgo potencial. En este sentido ASDEN ha solicitado muy recientemente información al Ayuntamiento sobre si se han realizado análisis de estas características en el agua de consumo.
Es urgente tratar los vertidos
A la vista de los resultados, que entendemos que el ciudadano debe conocer (y así se reconoce en la Directiva 98/83 de la CE) propusimos una reunión con la Junta de Castilla y León (como responsable sanitaria), y la Confederación Hidrográfica del Duero (como responsable del control de vertidos) que tardaron en concedernos varios meses. En ese tiempo la CHD nos remitió un informe reconociendo la importancia de un problema del que ya estaba informada y sobre el que estaba haciendo también sus estudios. Se celebró la reunión en mayo en la que pretendimos obtener medidas concretas para la depuración de la cabecera del Duero, pero no se nos han dado respuestas concretas. Hace ya muchos años que la CHD debería haber exigido un tratamiento adecuado para las aguas residuales, como establece la ley. Es un despropósito pretender relacionar ahora la depuración de aguas residuales con el desarrollo de un Plan Hidro-ilógico Nacional social, ambiental y económicamente impresentable.
Por otro lado seguimos sin tener un plan de usos del embalse de La Cuerda del Pozo que impidiera, entre otras cosas, la contaminación producida por los motores de explosión y la que proviene del ganado existente en las orillas del embalse.
El derecho de los ciudadanos a ser informados
Para terminar expresamos que ASDEN nunca ha querido tener protagonismo en este tema, entendiendo que tenía que haber sido la propia administración la que informase al ciudadano. Creemos que el Ayuntamiento de la ciudad, que, con ésta y anteriores corporaciones ha realizado una gestión integral del agua por delante de otras ciudades de su tamaño y mucho mayores es víctima de la situación y debería de exigir tajantemente a la CHD, a la Junta de Castilla y León y a los municipios ribereños que el agua le llegue en mejores condiciones. En cuanto a informar a la población, al menos ASDEN se encuentra ante la responsabilidad moral derivada de haber obtenido unos datos que creemos que, con serenidad, deben ser conocidos.