IMPACTOS SOBRE LOS DIFERENTES PARÁMETROS Y VECTORES AMBIENTALES

 

1.- EL AIRE

 

Durante la fase constructiva, la calidad atmosférica de la zona sufrirá un descenso apreciable, motivado básicamente por la presencia de polvo (partículas en suspensión) provocada por la maquinaria pesada encargada de:

 

1°.- La construcción y el acondicionamiento de caminos y abrir los diversos tipos de zanjas para los cableados y las cimentaciones.

 

2°.- Transportar y levantar las torres de los aerogeneradores.

 

Llegar a una cuantificación detallada de los niveles de calidad del aire por la presencia de polvo durante la etapa constructiva no es posible a priori. Esto es debido a que es necesario estudiar el proyecto concreto, con su calendario de las actuaciones, que y el desconocimiento del nombre y tipología de la maquinaria (retroexcavadoras, percutores, etc) que haga posible el grado real de la afección.

 

2.- EL RUIDO

 

El impacto o efecto que tendrá un parque eólico sobre el nivel sonoro de la zona donde se implante se puede dividir entre el que se producirá durante la fase de construcción y el que tendrá durante la fase de explotación.

 

Fase constructiva

La maquinaria que trabajará durante la etapa constructiva para abrir y acondicionar los caminos, para hacer las zanjas y las excavaciones para las cimentaciones (percutiendo sobre un terreno predominantemente rocoso), producirá una elevación en el nivel sonoro de todo el área. Así mismo, el transporte, la instalación y montaje mecánico de los equipos también supondrá un incremento del nivel sonoro a causa de la diversa maquinaria que tendrá que ser movilizada.

 

La cuantificación de los niveles sonoros que se alcanzarán durante esta etapa dependerá de la movilidad de las fuentes sonoras y de la continuidad/discontinuidad de su funcionamiento. A pesar de todo, los niveles sonoros a los que se llegará en las áreas próximas a las máquinas durante los trabajos podrán alcanzar, con total seguridad, los 80 dBA, así como niveles superiores a los 120 dBA en los casos de maquinaria trabajando con percusión.

 

Estos incrementos del nivel sonoro se mantendrá a lo largo de toda la fase constructiva. Su duración se puede determinar con la concreción de un calendario de trabajos general o detallado de las actuaciones que se llevarán a término.

 

 

 

Fase de explotación.

 

Durante esta fase el parque eólico también producirá una subida permanente del nivel sonoro.

 

El estudio y revisión de la información del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) del Ministerio de Industria y Energía (Miner), juntamente con las medidas experimentales del parque eólico de Roses, han permitido elaborar la siguiente tabla:

 

Tabla.- El nivel sonoro a diferentes distancias de un aerogenerador.

 Distancia en metros  10  50  150  200  300  40
 Datos I.D.A.E (dBA)      45  42'9  39'4  36'9
 Parque Roses (dBA)  49  46  45'5  40'5  40  40

Estos datos, -no obstante los que se pueden obtener de la caracterización acústica de la zona del emplazamiento-, permite generalizar que el nivel sonoro de fondo se apreciará a 2 km de distancia, (como así indica el Dictamen Medioambiental del Plan Eólico provincial de Soria, donde las empresas tendrán que hacer un seguimiento del nivel de ruidos a esta distancia}. Además hay que añadir el efecto sinérgico de los aerogeneradores alineados, y el hecho de que en un medio como puede ser una monta, sierra o medio rural, al ser los niveles de fondo muy bajos, e incluso algunas zonas muy despobladas, sin existir pantallas acústicas, según la dirección del viento, los aerogeneradores se oirán, con toda seguridad, en muchas de las poblaciones del entorno.

 

Además de este posible efecto sobre las personas que se instalan de forma temporal y/o permanente en la zona, buena parte del medio se verá afectada por un incremento apreciable de su nivel sonoro, incidiendo no sólo sobre las especies faunísticas y cinegéticas, sino también sobre las personas que hacen un uso tradicional, deportivo, de ocio o turístico del emplazamiento: cazadores, recogedores de setas, ciclistas, senderistas, ganaderos, etc.

 

 

3.- EL SUELO

 

Un parque eólico puede comportar graves riesgos para los suelos, por dos motivos:

 

1.- Si la pérdida afecta a suelo forestal donde se emplacen las instalaciones.

 

2.- La posibilidad de generar numerosos puntos de escorrentía más concentrados –en una zona de escorrentía difusa, como es la cumbre de una montana - que puede afectar a los suelos de la misma superficie de trabajo y sectores situados aguas abajo de las instalaciones (entendidos como los aerogeneradores, los caminos, las zanjas, los tendidos eléctricos, edificaciones, etc... )

 

El impacto debido a la pérdida de suelo se concentrará básicamente durante la fase constructiva, mientras que la erosión de los suelos por las alteraciones de escorrentías difusas existentes en la actualidad en las áreas de cumbre/divisoria, actuará más a lo largo de la etapa de explotación. Esto último se puede iniciar durante la fase constructiva, mientras se procede a los trabajos de cimentación e instalación de las torres y antes de finalizar los trabajos de protección de desmontes y de taludes que eventualmente se pueden construir.

 

La cuantificación de estos impactos es dificultosa, pero el hecho de que pueda tratarse de un efecto que puede prolongarse y mantenerse en el tiempo hace que se considere significativo. Si en la actualidad somos conscientes de que cualquier pérdida de suelo es grave –dado el prolongado período de tiempo que requiere su génesis- todavía es más cuando esto se produce en un área de cabecera (inicio de los procesos erosivos) y que, además, afecta a un suelo menos evolucionado como es el de la parte alta de una cumbre.

 

4.- EL SUBSUELO

 

El impacto real sobre el subsuelo y el medio hidrogeológico derivado de la construcción del parque eólico es bajo, pero hay que tener en cuenta que la tipología de las unidades geológicas que forman el emplazamiento son responsables de una parte importante de los efectos que sobre el aire se producirán –en forma de polvo y de ruidos- durante la etapa constructiva.

 

El impacto sobre el medio físico se reduce al trasiego de los materiales extraídos de las excavaciones durante el periodo constructivo, así como la ocupación temporal y permanente del territorio en las dos fases de construcción y de explotación.

 

 

Fase constructiva

Referente a los movimientos de tierras, depende del proyecto. Sirvan como ejemplo los cálculos realizados para un proyecto de parque de 16 aerogeneradores de 660 KW cada uno, sobre una loma no muy pronunciada (desnivel aproximado de a 150 metros):

 Concepto  Dimensiones  Superficie afectada
 Ampliación de caminos
Cimentaciones de aerogeneradores
Cimentaciones de edificios de control
Zanja conducción p.a.t.
Zanja conducción b.t. y p.a.t.
Superficie mínima ocupada durante la fase de construcción
Superficie mínima ocupada durante la fase de explotación (1)

 2.300 m.l.
9x9x3 (16 unidades)
10x10x1,4 (1unidad)
5600 m.l. (0,80x0,80 m)
5500 m.l. (0,60x0,60 m)

 


 5750 m2
1296 m2
100 m2
4240 m2
3300 m2
14686 m2

7146 m2

(1) descontada la superficie de las dos zanjas.

 

Todas las áreas de trabajo se consideran ocupadas durante la fase constructiva, las cuales se verán incrementadas por los espacios utilizados para apilar los materiales extraídos de las zanjas (como mínimo los de las conducciones), para estacionar la maquinaria pesada, etc.

 

Fase de explotación

La ocupación real de una parte del territorio durante la fase de explotación lo inutiliza para otros usos. La superficie cubierta de forma permanente por el parque eólico es 7146 metros cuadrados, pero efectivamente será muy superior dado que cabe incluir espacios de aparcamiento de los edificios de control y otros puntos, espacios próximos antes y después de la línea de aerogeneradores, etc.

 

5.- LA VEGETACIÓN

 

Tanto durante la fase de construcción como en la de explotación se producirá un impacto sobre la vegetación de la zona, derivado de las siguientes acciones:

 

1°.- Trabajos de emplazamiento de los caminos de acceso a las instalaciones y apertura de nuevas vías por el interior del parque eólico.

 

2°.- Faenas de apertura de zanjas para el paso del cableado. Este espacio podrá ser colonizado posteriormente por la vegetación después del enterramiento de las zanjas.

 

3°.- Acondicionamiento de las zonas de maniobra y estacionamiento de la maquinaria. Espacio a priori es difícil de dimensionar, pero que eventualmente puede ser importante. En la fase de explotación, esta superficie puede ser otra vez revegetada.

 

4°.- Ocupación por las cimentaciones de los aerogeneradores y la construcción de edificios de control del parque eólico, así como otras infraestructuras (aparcamientos, etc.). El espacio ocupado por estos conceptos es muy elevado.

 

5°.- Mantenimiento de un espacio de protección y seguridad en torno de los aerogeneradores. Durante la fase de explotación, tendrá que quedar libre de vegetación una franja a ambos lados de la línea del eje del parque eólico. Los contratos de promotores con propietarios suelen establecer 1000 metros a cada lado de la línea de aerogeneradores (es el área de servidumbre}

 

El impacto es muy grave si toda esta superficie está ocupada básicamente por cubierta vegetal forestal, arbórea y arbustiva. Se dificulta, de paso, el control de incendios en bosques donde se implantan este tipo de centrales de producción de electricidad.

 

6.- LAS AVES

 

El impacto más evidente que una instalación de estas características tiene en la avifauna es la que se deriva de la accidentabilidad por colisión con las aspas de los aerogeneradores. En este sentido, pues, cualquier cálculo o hipótesis que desarrollemos debe tener presente aspectos como:

 

1°.- La trascendencia que tenga la zona como un área de paso de pájaros, básicamente de aves planeadoras.

 

2°.- Las probabilidades de choque de estas aves con los aerogeneradores, siempre a partir de supuestos y/o datos obtenidos en otras zonas con parques eólicos ya en funcionamiento.

 

Ambas cuestiones se intentarán analizar en las líneas que seguiremos, siempre que la naturaleza de los datos e informaciones nos han de hacer tomar con cierto cuidado los resultados obtenidos. Esto es así, en primer lugar, si consideramos que se produce con mucha frecuencia una falta de prospección sistematizada de la zona de emplazamiento y de un periodo de tiempo suficientemente significativo. La consulta bibliográfica nos demuestra –y efectivamente lo resalta de manera explícita- la poca similitud observada en el grado de accidentabilidad entre parques eólicos diferentes. Los datos, orientativos, son difíciles de extrapolar sin el riesgo de no caer en suposiciones erróneas, tanto en un sentido –de mayor riesgo de colisión- como en el otro –de menor riesgo de choques.

 

AVES

ACCIDENTABILIDAD POR CHOQUES CON LOS AEROGENERADORES

Los antecedentes en la península ibérica para conocer y evaluar la accidentabilidad por choques de las aves medias y grandes con los aerogeneradores, se limitan por ahora a un único trabajo elaborado entre el año 1993 y 1994 por la SEO/Birdlife en la zona del Campo de Gibraltar, el cual fue encargado al efecto por la Junta de Andalucía y entregado a este organismo a mediados de 1995.

 

Los resultados que se desprenden del estudio efectuado en la zona de Gibraltar, donde se analizaron los impactos de dos parques eólicos, se pueden resumir como siguen:

 

1°.- La cifra global obtenida fue de 0’38 pájaros muertos por aerogenerador y año, número que resulta muy elevado si se compara con la que es obtenida de otros parques eólicos de Europa y Estados Unidos. Una posible explicación a estos resultados es la trascendencia que el campo de Gibraltar como área de paso migratorio, muy diferente de otros lugares en los que únicamente habita la población sedentaria.

 

2°.- Significativas diferencias observadas en la mortandad de aves entre los parques eólicos estudiados, pueden venir directamente relacionados con el tipo de vuelo que los pájaros tienen en cada una de las zonas. El vuelo de las aves, a la vez, se ve claramente condicionado por la orografía y su interacción con los vientos dominantes.

 

3°.- La práctica totalidad de las aves muertas en la zona lo hacen en condiciones de buena visibilidad. Este dato contradice los obtenidos en parques eólicos holandeses.

 

4°.- En uno de los parques eólicos estudiados sólo un 0’6 % de las aves en paso migratorio lo hacen a menos de 5 metros de distancia de los aerogeneradores. Únicamente un 0’1 % de las aves cruzaron en el espacio situado entre dos aerogeneradores. Esto coincide con algunas observaciones efectuadas en otros países de Europa, donde se ha constatado que la incidencia sobre el comportamiento de las aves y la pérdida de hábitat es mucho más importante que la mortandad por causa de las colisiones.

 

Igualmente, las campañas de control de migrantes en el collado de Plaja –comarca de el Alto Empordá- han permitido deducir por lo que se refiere al comportamiento de las aves planeadoras y/o rapiñadoras durante la migración:

 

I.- A diferencia de lo que podríamos suponer, el paso de migrantes se incrementa en días en que el viento sopla con una cierta intensidad. Esto es así si tenemos en cuenta que el cuerpo de las aves está especialmente adaptado para aprovechar las corrientes y la fuerza del aire.

 

II.- La altura del vuelo en relación al terreno es también muy variable, y se encuentra en función de la intensidad del viento y de la especie de ave de que se trate. En general varía entre los 5 y los 50 metros.

 

III.- Los vientos del sur provocan un vuelo más variable en las aves, las cuales zigzaguean mucho y efectúan numerosas oscilaciones.

 

IV.- Analizar el efecto barrera de las montañas en el vuelo de las aves, y la posible dificultad que representan los aerogeneradores en estas zonas, dificultando el vuelo de aves, sobre todo migratorias.

 

 

7.- LA PERCEPCIÓN ESCÉNICA.

 

La percepción que las personas obtienen de una determinada construcción o infraestructura situada en medio de un paisaje es una de las valoraciones más importantes a tener en cuenta a al hora de hacer un análisis como el que ahora nos ocupa. Y esto es así, básicamente, porque a diferencia de otros parámetros o cuestiones de orden ambiental, en aquello que respecta al impacto estético o paisajístico cualquiera de nosotros puede hacer notar su opinión, sin necesidad de ser un experto en aquella u otra temática, ni efectuar ningún prueba técnica o trabajos previos de búsqueda. Todos tenemos criterio propio –y seguramente ningún parecer puede ser considerado más importante que otro- para valorar si lo que se inserta en un paisaje nos provoca sensaciones agradables o en cambio es objeto de rechazo.

 

Precisamente por esto, este es un factor de análisis ambiental sometido a grandes controversias, ya que se sustenta a menudo en estimaciones absolutamente personales e intransferibles, arregladas en el más puro terreno de la subjetividad. Pero lo que sí es innegable es que el paisaje es una expresión externa y perceptible del medio, y por tanto, un indicador de la salud ambiental y del estilo de desarrollo de la zona. El Paisaje refleja, además, el bagaje cultural de la persona que lo percibe, además del propio archivo histórico contenido en el paisaje. El paisaje es un indicador del estado de los ecosistemas, su salud vegetal, de sus comunidades animales, del uso y aprovechamiento del suelo, del estilo de desarrollo de la sociedad y de la calidad de gestión de dicho desarrollo. El paisaje de calidad es un recurso escaso y útil que hace que resulte un bien económico que genera beneficios a la población. Debido a la intensa depredación paisajística de las actividades humanas, existe una demanda generalizada y creciente de paisajes de calidad, por lo que al ser la oferta cada vez menor, el paisaje de calidad adquiere el carácter de recurso escaso y valioso.

 

La experiencia perceptiva de una persona hace que ésta clasifique un paisaje y lo valore. Es, en este sentido, la relación que el hombre establece con su medio, con su lugar. El hombre se adapta al paisaje y , a su vez, crea paisajes que le modelan física y emocionalmente.

 

El paisaje de calidad, útil y apreciado por todas las capas sociales, si bien, según el nivel y archivo cultural de cada uno, debe ser valorado por ser agradable al hombre, y por las actividades económicas que genera. Es, por tanto, un recurso renovable susceptible de ser inventariado, valorado y utilizado.

 

Algunas líneas de análisis se pueden establecer teniendo en cuenta algunos parámetros menos aleatorios. En nuestro caso, entre estos criterios han estado los que siguen:

 

1°.- En función de la ubicación del parque, hay que llevar a cabo una valoración de las visuales que desde varios puntos del entorno se tendrá de los parques eólicos que se proyectan. El Dictamen Medioambiental exige a las empresas el análisis de una cuenca de 20 Km. Especialmente preocupante es el impacto en espacios protegidos o sobre ellos.

 

Las áreas protegidas, además de acoger especies de flora y fauna, y de preservar determinados ecosistemas de reconocido valor, adquieren una trascendente función como espacios de recreo y tiempo libre –lo que conocemos como uso público-. Al margen de las observaciones de valores naturales, el uso público de los espacios preservados ha de considerar también aspectos tan fundamentales como las actividades contemplativas y de relajación, así como las relaciones de contacto –y espirituales- entre el hombre y el entorno.

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2°.- Considerando la trascendencia del sector turístico en la estructuración socioeconómica de muchas zonas del interior peninsular, así como la proximidad de núcleos rurales y el núcleo urbano más o menos próximos, se analizarán también las visuales y percepciones que finalmente se obtienen de los diferentes municipios en el entorno del parque eólico. No en balde, el factor paisaje es uno de los que hemos constatado como de los más valorados por la población visitante a la hora de definir sus preferencias de uso de un determinado territorio.

 

 

 

LAS MAGNITUDES DEL PARQUE EÓLICO EN RELACIÓN CON LA MONTAÑA QUE LO ACOGE.

 

Hay que tener en cuenta, además, las dimensiones considerables de los aerogeneradores que se pretenden instalar, sobre el relieve que los acoge.

 

En general, hay que considerar que los parques eólicos suelen suponer que la altura alcanzada por los generadores se observará como desproporcionada.

 

 

8.- USOS DEL SUELO

 

La construcción de los parques eólicos en zonas forestales y rurales con importantes características naturales y paisajísticas no suponen proyectos de sostenibilidad. Son espacios de baja capacidad de acogida, donde estas instalaciones suponen un agravio a la vocación original de sus emplazamientos. Especialmente preocupante es la cantidad de parques que se proyectan en la provincia de Soria, sobre Cañadas Reales y vías pecuarias, con figura de protección legal desde 1995. (Ley 3/95}

 

Si a pesar de todo, es voluntad política que los parques eólicos proyectados sobre espacios especialmente sensibles se lleven a cabo, hay que tener en cuenta que se está proyectando un equipamiento asimilable en muchos aspectos a una actividad industrial, tanto por su tipología y dimensiones, como por el objetivo que se persigue. Lugares con una clara vocación ganadera y forestal se verán seriamente alterados significativamente en esta concepción, de manera que se convertirán en soportes de gigantescos equipamientos industriales. La modificación real de sus usos toma una gran magnitud, ya que no sólo afecta al término municipal donde se implantan sino a muchos otros municipios vecinos, con el consiguiente riesgo de conflictividad social.

 

Tal y como se ha venido haciendo referencia en el apartado de impacto sobre la vegetación, el mantenimiento de una zona para garantizar la seguridad de las instalaciones obligará a una franja de servidumbre alrededor de la línea de eje del parque eólico. En todo este espacio las condiciones de usos se verán totalmente alterados, dando paso a las adaptaciones requeridas por las nuevas instalaciones. En muchos parques en funcionamiento en España, especialmente en Galicia, comunidad que cuenta con el mayor numero instalado, los promotores acaban cerrando el acceso de los viales, e incluso se valla el espacio a ambos lados del eje de aerogeneradores.

 

 

9.- EL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO Y CULTURAL

 

Son muchos los ejemplos en nuestra tierra de la falta de sensibilidad de los promotores hacia el rico patrimonio cultural y arqueológico. Por poner algunos ejemplos. En Burgos (parque Peña Alta}, la maquinaria arranca de cuajo un castro de la edad del hierro. En Soria, se llevan yacimientos de fósiles, por donde construyen los viales para el acceso a la maquinaria pesada (camiones de 40 Tn y 25 m de largo}. En Cantabria el instituto Sautuola pone el grito en el cielo ante la cantidad de yacimientos que se van a ver afectados. En el País Vasco desaparecen menhires y otros restos. En Soria hay molinos proyectados a 150 m de Tiermes, y en los cerros que rodean Medinaceli.

 

Es evidente que la construcción de un equipamiento con las dimensiones y los objetivos que ahora se proponen, distorsionan e imposibilitan por completo esta relación del hombre con su medio natural, su cultura y su paisaje.

 

 

10.- USOS POPULARES DE LA MONTAÑA

 

Una vez que las coyunturas sociales y de mercado llevaron a un cambio en las sierras y zonas rurales, como áreas de explotación ganadera y de los diferentes productos que la montaña ofrece –dinámica al mismo tiempo extendida a buena parte de las sierras y bosques de comarcas próximas- los usos recreativos y de tiempo libre han adquirido especial trascendencia. El tipo de vida actual y las nuevas tendencias de consumo han dado lugar, igualmente, a una demanda cada vez más acentuada de espacios donde efectuar determinadas actividades lúdicas.

 

El contexto en el que se sitúan muchos emplazamientos elegidos por las empresas –su proximidad a centros urbanos, y el crecimiento del turismo de interior de las poblaciones de su entorno-, sus características naturales y paisajísticas, las hacen atractivas y las convierten en escenarios idóneos para determinadas prácticas populares, algunas con un fuerte arraigo y otras de más reciente aparición.

 

La instalación de un parque eólico, además de la modificación de los usos que de manera directa se deriva, comportará un cambio radical en la percepción de las montañas y zonas rurales. Perderán su significado como espacios de tiempo libre y de actividades populares, y pasarán a ser simples soportes para gigantescas instalaciones industriales.

 

Es difícil llegar a algunas cuantificaciones, pero es seguro que se dará un notable descenso en el número de personas que se acercan a zonas con parques eólicos para prácticas ahora tan extendidas como la caza, la recogida de setas, el paseo, la bicicleta de montaña, etc. En el mismo sentido hemos de referirnos a las manifestaciones folklóricas que ahora tienen lugar y otras que en un futuro podrían surgir.

 

En ocasiones por aspectos tan obvios como los de la ocupación de un espacio físico, otras por razones psicológicas o hasta emotivas, estos lugares perderán adeptos y le serán prestadas algunas de las funciones inherentes a la de espacio público o de uso popular que ahora tienen encomendadas. A menudo, la pérdida de identidad y el aniquilamiento de los símbolos, lejos de ser parámetros fácilmente conmensurables, son los que más impactan en la historia de las culturas y las sociedades.

 

 

 

11.- LAS NUEVAS INFRAESTRUCTURAS.

 

Aparte de los propios aerogeneradores, se deben también considerar el resto de las infraestructuras necesarias para el correcto funcionamiento de la instalación generadora de energía eléctrica. Entre estas infraestructuras es destacable el camino de acceso al parque, así como las zanjas de las conducciones soterradas.

 

La apertura de accesos –o el ensanchamiento y la modificación de los ya existentes - en un áreas accidentadas, significará la creación de taludes y desmontes que pondrán al descubierto la roca madre. El acusado contraste con la roca vieja y la vegetación permitirá la visualización, desde las áreas más lejanas, de la nueva infraestructura viaria.

 

Las zanjas para las conducciones eléctricas también comportarán este efecto, si bien de forma menos acusada dado que su posterior relleno no permitirá la visualización de algún talud o desmonte. Mientras tanto, la superficie nueva que queda una vez tapada la zanja es observable durante un tiempo prolongado hasta que no cicatriza por el crecimiento de la vegetación.

 

El resto de las instalaciones –como el edificio de control, las torres de la conducción aérea hasta la red general, las subestaciones eléctricas transformadoras,...- también afectarán la perspectiva exterior que del paisaje de estas zonas se tiene ahora.

 

 

12.- ECONOMÍA LOCAL

 

Pérdida de visitantes

Uno de los efectos más directamente relacionados con la pérdida de calidad ambiental de un territorio puede ser el descenso en el número de visitantes que se desplazan para su estancia en él. Ya sea de manera regular (éste es el caso de las segundas residencias), ya sea ocasionalmente o en fines de semana, los visitantes valoran de una manera especial un entorno agradable y sugestivo, donde un paisaje armonioso acompaña en los ratos de tiempo libre y de descanso.

 

En las comarcas del interior, es la excepcional calidad paisajística la causa de su éxito como un destino turístico de primer orden dentro del ámbito castellano-leonés, con un turismo además de buen nivel de calidad. No en vano, han sido numerosas las viviendas que se han remodelado y mejorado. La “casa de pueblo” que hace algunas décadas se abandonaba y se vendía, hoy generalmente se conserva para uso de segunda vivienda, a lo que se añade el papel de lugar de “reencuentro” de las familias y el lugar más utilizado para la jubilación. El pueblo sirve así como lugar de identificación para muchos originarios del mismo, que viven y trabajan en otros lugares de España. Pero a esto hay que sumar la existencia de otros visitantes que atraídos por la belleza de las zonas, y sin raíces en las mismas, también deciden invertir en una segunda residencia para pasar sus periodos vacacionales. Todo esto comporta importantes inversiones, no en vano el Consejero de Fomento de la Junta de Castilla y León ha reconocido que se trata de la cuarta comunidad en cuanto a ingresos económicos por este concepto. Especialmente preocupante son los parques proyectados en pueblos junto a Soria Capital, donde muchas personas que trabajan en Soria, deciden construir sus primeras residencias en estos pueblos, revitalizando comarcas con tendencia al descenso de población en las últimas décadas.

 

Cualquier proyecto de desarrollo debe ir precedido de un estudio y una reflexión seria, no sólo de viabilidad económica, sino de impacto social y medio-ambiental, ya que el entorno natural es el mayor atractivo de los pueblos de Castilla y León. Parece más lógico y acorde con el lugar la inclusión de estos espacios en zonas protegidas, lo que reportaría beneficios a todos los municipios, y permitiría el desarrollo del sector primario, fundamentalmente ganadero, que enriquecería el incipiente desarrollo del sector servicios.

 

Parece evidente que una relación directa entre determinados elementos de degradación paisajístico-ambiental y la pérdida de potencial de atracción de un particular ámbito geográfico, a menudo hace difícil definir órdenes de magnitud o cuantificación de los datos que apriorísticamente se suponen.

 

Disminución de los ingresos en la zona

El descenso del número de visitantes que hipotéticamente se produciría en el área de visión más próxima a los parques eólicos daría lugar, como más directa y grave consecuencia, una disminución en el volumen de ingresos generados por el turismo. Este sector de actividad, tal y como se ha visto en otras partes de este mismo documento, tiene una importancia capital en la economía de la región.

 

Sí que es evidente pronosticar una sustancial devaluación en la capacidad de atracción turística de una zona después de la instalación de los parques, así como las repercusiones que en la economía local este hecho puede tener.

 

El sector inmobiliario o de rehabilitación y construcción de viviendas es el que resultaría más afectado por la construcción de los parques eólicos. Este es un dato altamente interesante pues, además de reducirse el volumen por ingresos debido a una disminución directa del consumo, también se vería afectado muy negativamente el sector de la construcción, hecho especialmente preocupante en nuestra provincia/región/comarca/zona, con un alto porcentaje de ocupación laboral en este ámbito.

 

En cualquier caso, parece muy evidente un cierto rechazo de la población turística hacia la construcción de los parques eólicos en esta sierra, con las consiguientes variaciones de las expectativas de consumo y actividades a realizar por estos mismos visitantes. La economía de la región, fundamentada en buena parte en la industria turística, apoyada en una percepción paisajística y escénica de gran calidad, podría verse alterada sustancialmente en su dinámica actual.

 

También hay estudios realizados que demuestran que los lugares en los que hay implantada una central de producción de electricidad, del tipo que sea, sufren descalabros socioeconómicos, a corto, medio y largo plazo, en comparación con el espacio antes de la ocupación.

 

Instalar un parque puede suponer ingresos a propietarios y ayuntamientos. Pero la calidad de vida, y el valor de bienes y derechos de todos los habitantes de la zona se ven muy devaluados. Sirva como ejemplo el reciente Estudio de Impacto Ambiental de los parques que se quieren construir en Oncala, donde se recoge que las fincas no experimentarán más tiempo el aumento de su valor, como sucede en muchos pueblos de Soria. Es más, frente a un incremento de la dotación presupuestaria del ayuntamiento de Oncala, en torno al 10 %, las fincas de sus vecinos experimentarán una perdida de valor de 50%.

 

Sobre los contratos de arrendamiento de terrenos que ofrecen los promotores.

 

Salvadas las diferencias entre comarcas y promotores, la realidad es que todos los contratos incluyen cláusulas francamente abusivas y desventajosas para los propietarios, sean particulares o municipales.

 

1.- La cláusula de revisión de precios es un ejemplo. Se sujeta al precio de tarifa de venta de la energía, sin tener en cuenta que actualmente el KWh producido mediante la fuerza del viento se subvenciona, y que hacia el 2004 se tiene previsto cortar el grifo de las subvenciones. Entonces el precio cae desde las 11,06 ptas hacia las 4 o 5. Cada molino reportará al propietario el terreno menos de la mitad de lo que hoy ofrecen las empresas.

 

2.- Los propietarios se comprometen a no protestar ni ejercer ninguna actividad que perjudique al parque.

 

3.- Se comprometen a ceder otros terrenos de su propiedad si la empresa precisa los mismos para ampliar o construir otros parques.

 

4.- Se acuerda permitir subrogaciones. No es broma. Más de la mitad de los parques en funcionamiento en todo el estado son explotados por empresas distintas de las que iniciaron los trámites. Esto ha llevado a numerosas situaciones de conflicto.

 

5.- Se firman contratos de 30, 49, y hasta 75 anos. Para entonces, tras tres o cuatro generaciones, el dinero que queda en las arcas de los propietarios representarán cantidades ridículas.

 

6.- En algunos se contempla la posibilidad de no pagar si no es rentable el parque, porque sea necesaria la realización de obras y mejoras, por tener que pararse por el motivo que sea, etc. Y si no lo dicen el caso es el mismo. Se ha constatado en todo el territorio que los promotores solo pagan si el parque produce.

 

7.- Los propietarios cobran por molino, pero absolutamente nada por el resto de las instalaciones, que incluyen tendidos para la evacuación de la energía, edificios de control, y subestación eléctrica transformadora. Sin contar las numerosas pistas de acceso que se abren y habilitan, en algunos casos con hormigonado que no estaba previsto en los proyectos ni había sido anunciado a los propietarios de los terrenos.

 

LA EXPERIENCIA EN DINAMARCA Y ALEMANIA

 

Existen asociaciones en estos países (en Dinamarca se llaman Vecinos de los aerogeneradores} que han dado la voz de alarma a toda la comunidad europea por el efecto que están causando sobre el medio y las personas.

 

Acusan a estas instalaciones de muy peligrosas, sobre todo en condiciones de fuerte viento y tormentas intensas, pudiendo ser causantes de incendios, pues las aspas atraen los rayos. Los desprendimientos, caídas, roturas de aspas, etc., son muy frecuentes. En diciembre de 2000, una ventolera se arranca de cuajo la torre de un molino de un parque de la provincia de Burgos.

 

Los gobiernos empiezan a mostrar preocupación por el elevado índice de absentismo laboral que afecta a los vecinos de estas instalaciones. Enfermedades como el cansancio extremo, la ansiedad, la depresión, y en general, las que inciden en el sistema nervioso, han llevado a muchas personas a la consulta del psiquiatra. Las asociaciones acusan a gobiernos y empresas de ocultar información sobre los efectos reales que estas instalaciones generan. Hay algunos informes técnicos que apuntan que los infrasonidos, que alcanzan distancias superiores a las ondas audibles, provocan, incluso, efectos en las estructuras de los edificios. Este dato no es nuevo. El mismo sector industrial que hoy promueve estas instalaciones es el mismo que explota térmicas y nucleares. Hoy se sabe que siempre han tardado mucho tiempo, en el caso de la energía nuclear incluso décadas, en reconocer los efectos nocivos que toda forma masiva y centralizada de producción de energía tiene.