28/02/2018
La masa de acebos de Garagüeta puede estar en deterioro por la falta de inversiones en instrumentos y medidas de gestión silvícola.
El Acebal de Garagüeta, motor de desarrollo en Tierras Altas de Soria, prioriza la caza frente al uso público, y carece de presupuesto para planificar y conservar la masa de acebos, mientras se destina la mayor parte del presupuesto de Espacios Naturales de CyL a construir edificios o mamotretos impactantes e insostenibles.
Ayer martes 27 de febrero, en la reunión del Patronato de la Reserva Nat. de Garagüeta se ha vuelto a tratar el problema de la caza en los fines de semana de los meses de invierno, precisamente cuando mayor afluencia de visitantes hay, (en enero es muy baja la afluencia de visitantes porque todos los fines de semana está prohibido entrar, al ser de uso exclusivo para los cazadores).
Curiosamente se prioriza la caza, porque se supone que genera elevados ingresos económicos, lo que contradictoriamente no redunda en la conservación de la biodiversidad de Garagüeta, ni en su mejora ambiental. Y aún hay más, resulta que los cazadores -al menos algunos de ellos- tiran los cartuchos con total impunidad, como si los carteles de prohibido tirar residuos sólo afectarán al resto de visitantes.
Garagüeta, con sólo 406 Hectáreas, atrae en torno a 20.000 visitantes al año, lo que proporcionalmente es una cifra más elevada que la de otros Espacios Naturales de CyL, y seguramente también, con una repercusión económica positiva mayor.
Las acciones de concienciación y movilización ambiental realizadas por los ecologistas hace más de 25 años tuvieron unos resultados que ahora todos hacen suyos, incluso los que entonces descalificaban los planteamientos ecologistas.
Lamentablemente nos estamos retrotrayendo a entonces, ya que la Junta de CyL no invierte en la elaboración del instrumento más importante de gestión y conservación de los acebos, que es la planificación de los aprovechamientos de ramillas para que ésta sea compatible y beneficiosa, en la conservación de toda la masa de acebal. Y por supuesto, tampoco hay dinero para aplicar medidas de tratamientos selvícolas de conservación. Con la distancia y cautela necesaria, casi nos encontramos en el punto de partida de 1992.