Nota de Prensa 09/03/2016
ASDEN-Ecologistas en Acción de Soria

EL CASO DEL LINDANO DE BOROBIA, 27 AÑOS DE OBSCURO SILENCIO  y DEJACIÓN ADMINISTRATIVA DE LA JUNTA DE CyL.

Han pasado ya más de 27 años desde que se produjo el vertido ilegal de lindano; producto tóxico, persistente y bioacumulativo, en Borobia.

 La presunción de contaminación por lindano ha sido algo  conocido; pero su constatación oficial se hizo en diciembre de 2013, y público cuando ASDEN difundió en Mayo de 2015 los análisis realizados por la Confederación Hidrográfica del Ebro. Después de más de dos años desde la realización de tales análisis, la Junta de Cyl no ha realizado ninguna acción administrativa, ni jurídica ni presupuestaria para conocer el alcance de la contaminación, a pesar de que tiene importantes competencias en ello.

            En Mayo de 2015, ASDEN solicitó a la Junta de CyL que se nos remitiera, de acuerdo a la Ley 27/2006 de acceso a la información ambiental, la documentación obrante en relación con los vertidos de lindano en Borobia. Resulta que le ha costado 8 meses el remitirnos los escasos informes y documentos que demostrasen la actividad la Junta de CyL, lo cual pone en evidencia la incoherencia de su discurso de transparencia y de facilitar la participación de los ciudadanos en la vida pública.

En concreto la Junta de CyL nos ha remitido cuatro informes del entonces Jefe de Servicio de Economía y Hacienda competente en materia de Minas (José Ramón Lavilla París) a la entonces Delegada de la Junta de CyL en Soria (Encarna Redondo Jiménez, Ingeniera Agrónoma de formación, posteriormente Eurodiputada, Alcaldesa de Soria, asesora del Ministro de Agricultura y Medioambiente,…) que se supone tenía sobrados conocimientos en la materia. En un primer informe de 12 de Mayo de 1988 (el vertido fue entre el 10 y 11 de mayo) el Jefe de Servicio comunica que se han vertido en la Mina Gandalia sustancias presuntamente tóxicas. En un segundo informe el mismo Jefe de Servicio muestra su preocupación en la materia, más si cabe porque hubo unos vertidos similares en Cabria (Palencia). En un tercer informe de fecha 16 de Junio de 1988, el jefe de Servicio afirma con rotundidad que aprecia conductas ilegales en los vertidos y solicita educadamente que “…la autoridad y organismo competente dictamine sobre el particular e inicie el correspondiente expediente administrativo, si procede….”. Finalmente en un último informe de fecha 19 de octubre de 1988, el Jefe de Servicio informa de que los análisis confirman que el producto tóxico es lindano, y que se ha retirado sin ningún aviso ni control administrativo por parte de la empresa transportista, desconociendo su destino.

            Y hasta hoy eso es todo, porque ninguna autoridad de la Junta de CyL ha adoptado ninguna decisión ni medida al respecto, o al menos que ASDEN sepa.

        El resultado de esta inacción e ineficacia tan prolongada es que una contaminación puntual de fácil control y limpieza ha pasado a ser una contaminación dispersa de un producto tremendamente peligroso para la salud, que todavía nadie se ha atrevido a contabilizar ni localizar.
Aunque lo primero es la salud hay que poner de relieve que la simple existencia de contaminación por Lindano va a conllevar un gasto importante de dinero público para sufragar los trabajos de investigación de presencia de lindano en el agua, en el suelo y en el organismo de animales y de la población local, y en su caso los costosos trabajos de estricta y cuidadosa descontaminación. Dinero que vamos a tener que pagar de nuestro bolsillo todos los contribuyentes, detrayéndolo de otras partidas presupuestarias más necesarias en la provincia y en Borobia, y que de haber actuado correctamente la Junta de CyL deberían haber pagado los responsables del vertido.