Lun, 21 Jul, 2008
Una población de 3.000 náyades adultas, grandes moluscos de agua dulce, de la especie Margaritifera auricularia, se encuentra en inminente peligro de extinción en el Canal Imperial de Aragón, donde habita el 99% de esta especie. Científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han advertido de la situación de amenaza para esta especie tras prospectar 80 kilómetros de canales naturales alimentados por el Ebro medio y descubrir que estas acequias y canales constituyen el último reducto para esta especie de náyades, un santuario para uno de los grupos animales más amenazado del planeta.
El estudio señala las obras de modernización del Canal Imperial de Aragón, inaugurado el 14 de octubre de 1784, como la principal causa de la desaparición de esta especie de moluscos. La instalación de compuertas, y el asfaltado de suelos y paredes naturales con hormigón serían, según los autores, medidas insostenibles e irrespetuosas con la fauna.
El investigador del CSIC que coordina el trabajo, Rafael Araujo, explica los motivos de la desestructuración de estas poblaciones: “Entre las razones de la desaparición de las náyades están obviamente los cambios que se han producido en los últimos años en los ríos y fundamentalmente la detracción de agua, la alteración de los caudales por las centrales hidroeléctricas y los riegos, así como el aumento exponencial de industrias y cultivos”.
Las presas y azudes afectan de forma decisiva a la migración y los movimientos de los peces nativos, además de provocar la retención del agua y la falta de flujo entre los diferentes tramos. “El efecto negativo de las presas y azudes sobre las náyades es algo conocido y aceptado. A estas modificaciones artificiales, se une la contaminación procedente de fertilizantes, pesticidas y otros productos utilizados para los cultivos, así como la polución urbana”, señala Araujo.
Una náyade del tamaño de una Margaritifera (entre 14 y 17 centímetros) filtra hasta 50 litros diarios de agua. Dado que estas especies han vivido en colonias de hasta 700 ejemplares por metro cuadrado, en un tramo de río de esta extensión se filtrarían unos 35.000 litros por día