La Asociación Soriana para la Defensa y Estudio de la Naturaleza" (ASDEN), ante la confederación Hidrográfica del Duero

 

EXPONE:

 

ASDEN ha  conocido a través de los medios de comunicación de la existencia de varios proyectos de intervención en cauces de varios ríos en la Provincia de Soria; promovidos por la Confederación Hidrográfica del Duero a petición  principalmente de asociaciones o representantes del sector agrario. Estas organizaciones aducen que una serie de precipitaciones veraniegas concentradas en determinadas áreas de la provincia ha producido una serie de daños achacables  a que los cauces estaban “sucios” y no podían desalojar el volumen de agua caído.

 

Algunas de estas obras e intervenciones en dominio público hidráulico se están ejecutando o van a empezar a ejecutarse inmediatamente, como si se tratara un procedimiento de emergencia.

 

Estas actuaciones proyectadas no han aparecido publicadas en el Boletín Oficial de la Provincia de Soria, ni han sido sometidas al procedimiento de información pública, tal y como señala la legislación vigente del Dominio Público Hidráulico.

 

Algunas de las actuaciones a realizar ya estaban previstas con anterioridad a este verano, por lo que no se puede alegar el carácter de urgencia para no someterlas al procedimiento de información pública.

 

Las zonas realmente afectadas por precipitaciones anormalmente elevadas, fueron mucho menores en número y superficie que las que las organizaciones agrarias daban a conocer en los medios de comunicación, tal y como pueden comprobar en los datos de las estaciones meteorológicas.

 

Estas organizaciones exponían que había habido grandes pérdidas económicas originadas por el mal estado de la red hidrográfica, algo que no ha sido contrastado sobre el campo. Es decir,  que estos daños no se han cuantificado y identificado individualizamente, ni se ha comprobando que su origen estaba en desbordamientos previsibles y achacables a un mal mantenimiento de los cauces público. El sector agrícola maximiza los daños y acusa a la administración de ser la culpable con la esperanza de conseguir indemnizaciones, de que realicen obras de mejora gratuitamente en las fincas o  en último caso de hacer de estas protestas un objetivo político.

 

Muchos de los daños en campos agrícolas que se dicen han sido producidos por desbordamientos tienen su origen en:

 

·        Son fincas en las que las perdidas han sido producidas por las escorrentías superficiales procedentes de las laderas próximas.

·        Son fincas cuyo suelo o topografía favorecen que se encharquen por cuanto recogen agua de las zonas aledañas.

·        Son fincas cuyo nivel está por debajo del nivel de aguas del cauce y por lo tanto, y como no puede ser de otra manera, son zonas inundables de forma natural.

·        Son fincas que tradicionalmente se consideraban inundables, bien porque eran una zona húmeda, de manantiales o  encharcable; pero que a fecha de hoy son objeto de cultivo por haber sido objeto de obras de drenaje, “saneamiento”, modificación de trazado de la red hidrográfica, etc. Es decir, el propietario o titular del aprovechamiento debería asumir tales riesgos inherentes y naturales a esa finca. Un caso extremo de esta situación son las zonas pertenecientes a entidades públicas o a una colectividad de vecinos y que antiguamente tenían un uso ganadero o forestal, (denominadas  técnicamente dehesas riparias) porque eran conscientes de que se iban a inundar.

·        Que estas zonas que tradicionalmente se han inundado periódicamente deberían tener la categoría de dominio público hidráulico, ya que encajan con la definición que del mismo hace la Ley, reconociendo la importante función que cumplen como reguladores del régimen de los caudales punta de la red hidrográfica..

·        Los problemas de desbordamientos de los cauces se han centrado justamente en aquellos cauces que han sido modificados, e incluso totalmente desnaturalizados. Con lo cual se demuestra que muchas de las peticiones de dragados y nuevos encauzamientos que realizan los agricultores carecen de lógica.

 

En la zona de Gomara existen numerosas balsas y charcas naturales que vienen reflejadas en la cartográfica histórica, que tienen la consideración de zonas húmedas y que los agricultores las califican como daños por inundación o desbordamiento. De estos ejemplos tenemos testimonio gráfico en el que se observa que estas zonas son zonas húmedas naturales y que la red de cauces ha cumplido su función de desalojo eficaz de esa masa de agua. Muchas de estas zonas son objeto de estudio por parte del Ministerio de Medioambiente para ser incluidas en un plan de conservación de zonas húmedas.

 

Algunas de estas zonas inundables tienen una importante vinculación con el ciclo natural de recarga y aliviadero de los sistemas de aguas subterráneas. Siendo su cultivo un foco importante de contaminación química de dichas aguas por fertilizantes, fitosanitarios y residuos ganaderos.

 

Muchos de los problemas de taponamiento de cauces son debido a la acción directa e indirecta de la actividad agrícola:

·        Los agricultores de las fincas aledañas han quemado la vegetación leñosa, la cual ha terminado por secarse, cayendo sus troncos al cauce. Lo cual ha favorecido a su vez el crecimiento y permanencia de la vegetación herbácea como son eneas y carrizos.

·        Los agricultores al labrar en líneas de máxima pendiente, eliminar  linderos que frenaban la erosión, y realizar drenajes y limpiezas de acequias han conseguido que las escorrentías aporten más sedimentos a los cauces, con la consiguiente colmatación de los mismos y desarrollo de la citada vegetación herbácea.

·        Igualmente los agricultores a lo largo de los años han ido reduciendo el ancho del dominio público hidráulico, mediante el rellenado del mismo, eliminación de vegetación leñosa y su posterior arado y cultivo.

·        Que los agricultores por mutuo propio han realizado escolleras o defensas. La consecuencia en muchos casos ha sido que el agua se ha embalsado  en su finca por no poder salir al cauce como hubiera sido sin esta obra

·        Los agricultores realizan una serie de mejoras y obras sobre las fincas que deben contar con autorización de la Confederación Hidrográfica o de la Junta de CyL, como son la realización de drenajes, taponamiento y desviamiento de acequias y pequeños arroyos que tienen como consecuencia que el caudal punta de los arroyos receptores sea mucho mayor que el que cabría esperar en una red natural. Es decir se consigue una reducción de daños en las fincas más altas a costa de que se encharquen las fincas situadas en posiciones más bajas de la red hidrográfica.

 

En la Provincia de Soria existen todavía poblaciones de cangrejo autóctono (Austropotamobius pallipes), que es una especie protegida por el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, en pequeños arroyos  con caudal discontinuo que no ha podido ser colonizado por las especies exóticas introducidas y portadoras de la enfermedad afanomicosis. Entre los factores negativos para su conservación está la realización de encauzamientos y eliminación de vegetación en los cauces, así como pasar de un caudal discontinuo a uno continuo. Por desgracia el conocimiento de estas poblaciones por parte de la Consejería de Medio Ambiente de Junta de CyL. Es deficiente; por lo que es de suponer que alguna de las obras previstas puedan afectar a esta especie.

 

En proyectos anteriores observamos graves deficiencias que esperamos se corrijan en las actuaciones que se refieren este documento así como a las que en un futuro se lleven a cabo. Estas deficiencias son:

·        Los proyectos son generales, inexactos y no concretan como se debe actuar en los distintos tramos del río, e incluso no se respeta lo puesto en el proyecto o condiciones fijadas por la administración ambiental. La decisión final de las operaciones a realizar las toma el maquinista o el agricultor lindante, ya que no esta claramente especificado que hay que hacer, como y en que lugares.

·        Nos sorprende que en  ríos con problemática semejante se  adopten soluciones diferentes, y por el contrario dentro del mismo río con tramos diferentes se trate homogéneamente.

·        Ha habido proyectos en los que simplemente tenía que estar trabajando una retroexcavadora de cadenas durante 5 días y el presupuesto que aparecía en el proyecto era de varios millones de pesetas.

·        Que al realizar la limpieza de carrizos o sedimentos con maquinaria no se valora la dinámica fluvial y no se diferencia si se limpia la zona de erosión o de sedimentación en las curvas del cauce, si es necesario el limpiar a lo largo de todo el cauce o sólo en ciertos puntos, etc.

·        Que las especies arbóreas proyectadas en la reforestación de la zona de actuación no tienen nada que ver con la vegetación natural de la zona, y cuyo futuro de supervivencia será escaso.

·        Que no hay una buena coordinación entre el personal de las distintas administraciones que intervienen en las obras del Dominio Público Hidráulico, así como una puesta en común de los conocimientos de las personas que están a pie de obra.

 

En virtud de lo manifestado

 SOLICITA:

 

Que se tenga por presentado el presente escrito se sirva admitirlo y dar cumplida respuesta a las peticiones que a continuación se relacionan:

 

1.                 Se nos envíe información sobre los ríos y tramos en los que se está actuando, los proyectos técnicos de los mismos y los informes de la Confederación Hidrográfica y órgano ambiental de la Junta de Cyl que haga referencia a los mismos. Así como la justificación para ejecutarlos sin someterlos a información pública.

 

2.                 Se publiquen y se sometan al tramite de información pública todas las obras de encauzamiento y dragado; tratamiento, arranque y corta de vegetación que se realicen sobre el dominio público hidráulico.

3.                 Se aprovechen los fenómenos de inundaciones para recoger información sobre los terrenos que son inundables naturalmente y que deberían entrar a formar parte del Dominio Público hidráulico.

 

4.                 Se delimiten las zonas consideradas históricamente como húmedas del campo de Gómara, y por ende de toda la provincia, y no se hagan obras tendentes a su desecación. Muy al contrario, se realicen obras que mejoren su calidad tanto en cuanto a parámetros ecológicos como en cuanto a calidad de sus aguas.

 

5.                 Se haga un análisis de los usos históricos de las zonas en que se reclaman daños, con objeto de que responder con razones y principios de derecho a las reclamaciones de los supuestamente agricultores afectados.

 

6.                 Que parte del dinero programado para la realización de estas obras sea destinado a la adquisición de los terrenos más sensible de inundación, especialmente de aquellos cuya restauración como zona húmeda sea fácilmente ejecutable, se mejore la calidad ecológica de la zona o  sea un recurso turístico interesante, así como que sea una zona de amortiguación de inundación de zonas con mayores riesgos como son carreteras, pueblos, etc. Como apoyo a esta petición exponemos que en muchos ríos las obras realizadas han tenido un coste muy elevado frente al escaso valor de los daños alegados, habiendo sido más barato el comprar las fincas inundadas o fomentar su uso como pastizal o chopera.

 

7.                 Se controlen de forma eficaz las obras privadas que se realizan sobre acequias, pequeños arroyos, drenajes de parcelas, desecación y alteración de manantiales, etc.; y se tenga en cuenta su efecto sobre los caudales de los cauces receptores.

 

8.                 Se exija a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de CyL. que se confirme la presencia o ausencia de Cangrejo autóctono (A. Pallipes)  sobre los tramos a actuar; y en tal caso ambas instituciones adopten medias de protección de la especie y de conservación del hábitat.

 

9.                 Los presupuestos se ajusten a las obras a realizar y estás a su vez a la verdadera necesidad de actuación y a su interés general.

 

10.             Se realice una labor de sensibilización e información sobre las funciones hidrológicas y ecológicas del dominio público hidráulico, acciones agrarias que favorecen estas funciones; así como aquellas acciones  que requieren autorización.

 

11.             En coordinación con otras administraciones se dé una buena formación sobre riberas a las personas que intervienen en obras del Dominio Público Hidráulico.

 

12.             Que los proyectos tengan el suficiente detalle para que su ejecución sea correcta y permita su evaluación y la de los resultados obtenidos en los años posteriores.

 

13.             Que la Confederación  Hidrográfica intervenga o asegure su participación en la redacción de las acciones agrícolas  y ganaderas, que son apoyadas económicamente con fondos públicos como son las ayudas agroambientales en todo aquello que pueden afectar a la calidad de las aguas, así como a la conservación y mejora de los cauces públicos.

 

 

 

Soria, a 17 de noviembre de 2006